Si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho, díselo hoy, se bueno…
¡En vida, hermano, en vida!
Si deseas dar una flor, no esperes a que se mueran; mándala hoy con amor…
¡En vida, hermano, en vida!
Si deseas decir «te quiero» o «Te amo» a la gente de tu casa, al amigo que esta cerca o lejos…
¡En vida, hermano, en vida!
No esperes a que se muera la gente para quererla, y hacerle sentir tu afecto…
¡En vida, hermano, en vida!
Tú seras mucho más feliz si aprender a hacer felices a todos los que conozcas…
¡En vida, hermano, en vida!
Nunca visites panteones para llenar tumbas de flores; llena de amor corazones…
¡En vida, hermano, en vida!
Reflexión
La vida nos regala momentos únicos y fugaces, pero muchas veces postergamos lo esencial: expresar amor, gratitud y cariño a quienes nos rodean. Solemos esperar «el momento adecuado» para decir un «te quiero», dar un abrazo, o simplemente agradecer, pero ¿qué pasa si ese momento nunca llega? Este pensamiento nos invita a vivir con intención, a no dejar que las palabras queden atrapadas en la garganta o que los gestos de amor se conviertan en remordimientos tardíos.
«En vida, hermano, en vida» es un llamado a la acción. Es un recordatorio de que el tiempo es un recurso finito, y que los mayores regalos que podemos dar no son materiales, sino emocionales. Un «te quiero» sincero, una flor entregada con amor, o un gesto de bondad inesperado tienen el poder de transformar el día, incluso la vida, de quienes nos rodean.
No esperemos a que las despedidas sean definitivas para valorar lo que tenemos. Cada día es una oportunidad para llenar de amor los corazones, para construir recuerdos llenos de alegría y conexión. La verdadera felicidad no está en los grandes logros ni en las posesiones, sino en la capacidad de dar y recibir amor mientras estamos aquí, compartiendo este viaje.
Hoy, mira a quienes amas y diles cuánto significan para ti. Abraza, sonríe, comparte. Haz que cada momento sea un tributo al amor y a la vida, porque el mañana no está garantizado, pero este instante sí.
¡En vida, hermano, en vida!